Los amigos son ángeles que se levantan cuando tus alas han olvidado como volar.

viernes, 5 de agosto de 2011

Historia de un amor(segunda parte)

Mi corazón me decía que lo conquistara de cualquier manera, la que fuera, la desesperación que sentía por amarlo, por tenerlo, por besarlo, acariciarlo, era interminable, y pensé ser "yo", empezar por el principio y dejarlo todo en manos del destino...

Por fin llegó el día, me acerqué con un poco de temor, pero tenía que hacerlo, después de terminar la clase de coro junto a todos los compañeros que salían del salón de clases como marabuntas me acerqué entre empujones y jalones y le dije:
-Hola-
Y me contestó con una sonrisa tímida, pero graaan sonrisa!
-Hola-
Le pregunté: ¿Cómo te llamas?
-Jerry- ¿Y tú?
(Con una gran sonrisa le conteste:)
-Margarita-, Jerry dijo: -Margarita-? Que bonito nombre... Tengo una amiga que se llama Margarita.
Margarita: ¿Ahh sí?
Y él contestó: Y es igual de bonita que tú!
Mi corazón brincaba como si se fuera a salirse, y con ganas de poner la mano sobre mi pecho y decirle eyyyyyyyyyyyyy!!!! Calma...
¡¡¡Te va a ver!!!! todo saldrá bien!!, porque cuando menos me daba cuenta me encontraba hablándole a mi corazón enamorado, esto a menudo me sucedía, el gran amor que sentía por Jerry, me tenía atrapada, cada día que pasaba, mi primer y único pensamiento siempre era él.
Margarita:
-Oye me da mucha pena, pero te puedo pedir un favor-
Jerry:
-Si claro! no hay problema...
Margarita:
-Quería saber si me puedes acompañar a tomar el bus, lo que pasa es que... está... muy oscuro (con una risa nerviosa de ser descubierta).

Jerry:
-Claro! no te preocupes, en ese momento toda la gente que nos rodeaba y nos empujaba al salir del salón de clases para mi había desaparecido, solo nos encontrábamos el y yo dentro de un gran corazón romántico imaginario, sin nada ni nadie que pudiera separarme de mi objetivo... (Sólo de acordarme de está situación, me mariposea el estómago)...

Caminamos hacia el lugar donde el autobús hacía su escala, platicamos de algunos interés mutuos, quizás agobiándolo con toda clase de preguntas, que él amablemente y con un gran sentido del humor contestaba a mi interrogatorio, creo que más que hablar de intereses mutuos, era sólo yo la que hacía toda clase de preguntas pues quería saber todo de él...
Al fin llegamos... Ohhhh sorpresa! me invadía la más aterradora vergüenza, que jamás había sentido en mi vida, pues la calle estaba completamente iluminada y Jerry con cara de que...
¿No que estaba oscuro????? y a mi solo me quedó decirle con una gran cara de sorpresa súper actuada, ¡¡¡guauuuu!!!! Han arreglado las luces, (pensé que quizás me ponía roja, que roja, morada de la pena, pero había servido la mentirilla para cumplir mi objetivo) no me había descubierto; le di las gracias y me despedí.
Me sentí más feliz que nunca, aunque me remordía la conciencia por haber mentido, no había sido un plan premeditado, se me había ocurrido la idea al salir de clases, no podía dormir de pensar en él, pero quizá tendría la oportunidad de explicarle.
El siguiente día fue maravilloso pues no tuve que recorrer con mi mirada todos los pasillos en su busca, cuando llegué el me esperaba con un cálido:
-¡¡Hola!! ¿Cómo estás?, lo cuál me sorprendió muchísimo, porque no me lo esperaba.
Platicábamos mucho, compartíamos muchas cosas, me gustaba que tuviéramos tantos puntos afines, me sentía feliz a su lado, llena de ilusiones como nunca, con ganas de compartir mi vida siempre junto a él, cada día que pasaba sentía una gran necesidad de escucharlo, de verlo, de oírlo cantar, nuestra amistad fue creciendo poco a poco, éramos amigos inseparables, siempre juntos de un lado a otro, siempre sin que Jerry imaginara mis sentimientos hacia él, hasta que un día me atreví a decirle:
Jerry, quiero decirte algo, pero no se como lo vayas a tomar... han pasado algunos meses desde que nos conocimos, y quiero que sepas que desde que te vi me enamoré de ti, y al irte conociendo un poco más me he dado cuenta de que eres ¡¡maravilloso!!! De que me gustas demasiado y...
Jerry me había puesto su mano sobre mi boca... diciéndome:
-Por favor Margarita, no me digas más, es que...
Hubo un gran silencio, todo esto que me dices, te lo agradezco, pero, ¡¡¡ no puede ser!!!!
Mis ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitar que cayeran una tras otra, y una pregunta llegó aterradoramente a mi mente... ¿¿¿Por qué????



si no leíste la primera parte entra aquí PRIMERA PARTE

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